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Fundación Juanito

"Cuentos Infantiles, Fábulas y otros Relatos"

CENTRO CULTURAL RECOLETA

Agosto 2013

Curaduría: María Carolina Baulo

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Cuentos. ¿Quién no ha pedido alguna vez que le cuenten un cuento, que le relaten una historia donde poder perderse por un rato y entrar en un mundo ajeno pero propio por elección? Los cuentos acompañan a la humanidad desde que la palabra ha podido resguardarlos y transmitirlos generacionalmente por vía oral. Y con el boca en boca, sucede lo inevitable: los relatos se alteran, se adaptan a las culturas que los asumen como propios, pero mucho más interesante aun, es que se convierten en referentes, se sostienen en el tiempo y marcan ejemplos emblemáticos. Narraciones breves en su mayoría, fáciles de recordar, intensas en su contenido -muchas veces de carácter moral- y con altas dosis de ficción que han inspirado a miles de artistas. Será con la llegada de la imprenta y la posibilidad de la escritura reproducible, cuando la palabra escrita deje eternizada de una vez y para siempre, las distintas versiones de cada narración según su autor, su origen y su “aquí y ahora” en la Historia.

 

Una vez más, la Fundación Juanito me invita a participar de un proyecto para los niños. Y no lo dudo un instante y acepto el desafío, pero me armo de un grupo de compañeros de ruta imprescindibles, el corazón mismo de la muestra “Cuentos Infantiles, Fábulas y Otros Relatos”; compañeros que vienen en pares: un artista-un relato. Artistas laburantes, verdaderos apasionados por hacer y compartir su mejor legado: su obra. Artistas que ya otras veces me han brindado su confianza y con su talento, se suman para una causa que bien merece el apasionamiento de todos los que pueden dar una mano con su oficio -quizás la forma más noble y comprometida de ayudar al prójimo-. Entonces cada uno eligió ese cuento que remitía a un recuerdo íntimo, cada uno se vinculó con esa historia que lo movilizaba o cuya imagen tenía visualizada en la mente. Los relatos no se repiten; la poesía en la estética de cada una de las obras, tampoco.

 

Al hacer mención a los cuentos, relatos, fábulas y leyendas, casi en forma automática pensamos en un mundo infantil. Sin embargo, desde los anales del tiempo, han sido los adultos los que quedaron maravillados con los cuentos, casi tanto como los niños -quizás aun más-. Nos gusta que nos inviten a soñar, leer un libro, ir al cine, escuchar una melodía “que nos transporte” y llorar y reír, hacer catarsis en el teatro o frente a una pintura o escultura, como en este caso. Son 40 los cuentos que participan de esta muestra, 40 ventanas a un discurso único, a la mirada que cada uno de los artistas ha dado sobre las historias elegidas. Obras portadoras de una carga emotiva que nos atrapa desde lo estético, lo sensible o desde el contenido del relato que se nos presenta familiar. Porque todos reconocemos algunos de estos cuentos y seguramente algunos niños de la Fundación también han oído hablar de ellos. O quizás crearon cuentos propios como hacen todos los chicos, fantaseando con esos mundos distantes, mágicos, surrealistas que podrían llevarlos lejos de una realidad muchas veces dura, injusta y asfixiante. Nos gusta que nos cuenten cuentos porque sabemos que son cuentos. Nos dejamos engañar con absoluto consentimiento y nos adentramos una y otra vez en lo “desconocido” para vivir una y mil veces la misma experiencia como si fuese la primera. Luego regresamos a nuestros pequeños planetas individuales y dejamos atrás los mundos universales donde habitan todos y cada uno de los relatos para quien quiera tomarlos.

La capacidad de disfrutar se presenta inherentemente en cada persona de forma distinta, pero sin duda el entorno, la cultura, ayuda a desarrollarla y la condiciona. Quizás con este proyecto- los artistas a la cabeza y yo detrás acompañando sus aventuras- colaboremos de alguna forma para incentivar, potenciar o simplemente despertar de algún sueño producido por el brebaje secreto de una bruja malvada, la sensibilidad, el asombro, el factor sorpresa y la fantasía dormida dentro de cada uno de nosotros. Y todo gracias al arte, gracias a las obras. Una propuesta distinta que nos plantea transitar caminos alucinantes y travesías alucinadas, para descubrir aquellas emociones escondidas en ese “soltar amarras y dejarse llevar” por  la magia de los cuentos hacia una historia sin fin.

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