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La Suspensión

ThisIsNotAGallery

Noviembre 2011

Curaduría: María Carolina Baulo

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Como si fuera un sello personal, el escultor, instalador y performer Juan Miceli, se presenta diciendo “soy mi obra”; sin él, la obra per se no existe. Miceli piensa en proyectos, imagina mundos, trabaja sin esquema previo, organización formal o modelo; la estrategia se plantea a partir de aquello que le inspiran los materiales – huesos de animales, dientes y objetos plásticos de descarte fundidos – cuando los tiene en frente. Es entonces cuando algo a través de los materiales pareciera hablarle y es su intuición la encargada de guiarlo en el desarrollo de todo un mundo habitado por seres fantásticos que no son otros que los propios alter egos del artista. Miceli deja fluir y fluye, se aleja del murmullo ajeno y del propio, se deja seducir y penetrar por lo impredecible de la creatividad y mientras él como hombre renace una y otra vez, su obra se va materializando. “Entiendo el arte como una manera de mirar/ver y fundamentalmente como una práctica; una forma de vida (…) a través de mi producción artística, no puedo evitar cuestionar el mundo que me rodea y la cultura”. Sus esculturas plantean una profunda reflexión sobre la naturaleza misma de los seres humanos, la relación que establecemos con el entorno y la lucha por alejarnos de la increyente tendencia por hacer de nuestro hábitat un mundo-robot. Miceli desafía lo “políticamente correcto” de los mandatos culturales, batallando con un arma tan poderosa como la desclasificación y el poder inherente a la imaginación. Busca invertir el orden natural de las cosas, recupera los desechos y los huesos para inmortalizarlos en esculturas que conforman verdaderas instalaciones y donde les otorga así un nuevo significado que los rescata del olvido y de la muerte. Una suerte de memento mori donde aquello destinado al ostracismo pasa a ser protagonista de una nueva historia.


Un recurso central en la obra de Juan Miceli es la fuente de constante inspiración que encuentra en el océano. Hasta allí se puede rastrear el génesis que fundamenta sus elecciones: un espacio donde el artista juega, imagina, construye y descubre, ya desde niño, otros mundos primitivos, originarios y anteriores, los cuales lo trascienden aun cuando él elige hacerlos propios. En ese “océano personal”, se gestan sus seres amorfos de apariencia amenazante, los cuales representando todo aquello que desconocemos se nos presentan, lógicamente, tan atractivos como aterradores.

Con amplia trayectoria en cine, radio y publicidad como director de arte, redactor y vestuarista, es durante el 2010 cuando participa de varias muestras donde logran destacar sus esculturas e instalaciones: Miceli: theverybestia (Wallrod Espacio de Arte), Fuga Lab (Galería Objeto a) y Miceliliveperformance (campaña Unidos por Argentina, Sponsor: Puma, Galería Objeto a). Su próximo trabajo será una instalación Miceli Brutalia a desarrollarse desde Diciembre 2010 – la cual se extenderá todo el verano 2011- en el Museo “Jardín de las Esculturas”, Secretaría de Medio Ambiente del Gob. de la Ciudad de Buenos Aires.

El talento del multifacético artista argentino, no deja de sorprender por el nivel de compromiso que sustenta su obra, una comunión que ensambla los conceptos con los hechos y el racionalismo con la experiencia empírica: Miceli hace lo que piensa y es lo que hace.

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